El retrato es su mayor reto, lo que le inquieta y más preocupa. Unas veces son encargos de particulares, otras de estamentos, pero a menudo los modelos han sido elegidos por el propio pintor porque la persona le “comunica”, le transmite algo que sólo él percibe y le posibilita continuar con su reto ante el lienzo en blanco.
Dado su gran dominio sobre el retrato, es capaz de reflejar en ellos la esencia emocional de sus modelos.